El carro: la expresión del siete

Se dice que en la naturaleza nada es fortuito y todo ocupa el lugar que le corresponde. Dentro de los misteriosos ciclos del universo, el número siete influye en fases, fenómenos y cambios.  

El siete representa lo sagrado y la espiritualidad, es considerado por muchos como el número de la fortuna, simboliza el triunfo del espíritu sobre la materia. Está vinculado al éxito por intuición, por desapego; por retornar a la nada: “Y en el séptimo día completó Dios la obra que había hecho, y descansó…” (Génesis 2:2). 

La séptima imagen del Tarot, muestra sobre un carro de forma cúbica, cubierto por un manto de cielo inundado de estrellas; a un ser triunfante, coronado con un círculo e iluminado por tres pentagramas dorados. Esta representación central, hace alusión a los seis lados del cubo dándole a quien lo conduce el número siete, al que corresponde la carta. 

A este coche lo arrastran dos esfinges, una blanca y otra negra, símbolo de las polaridades, la positiva que es yang, de naturaleza eléctrica que “seduce”; y la negativa llamada yin, de naturaleza magnética que “atrae”. 

El hecho de que el carro sea cubico le da un significado de tierra, es el mundo material que ha sido dominado por un espíritu con voluntad suficiente para controlar las tendencias opuestas de la naturaleza.  

Cuando el carro se muestra en la lectura, habla del control que debemos tener como cocheros de nuestro destino; de que probablemente nos estamos dejando llevar por una de las fuerzas que se manifiestan y estas amenazan con desviarnos del camino que nos habíamos trazado.  

La voluntad debe imponerse responsablemente y retomar el camino con energía y decisión. Es un augurio de control del aquí y de conquista en el ahora.  

Las esfinges simbolizan el equilibrio en movimiento, la capacidad de mantener el control sobre cualquier circunstancia de retomar una meta planteada y alcanzarla usando la voluntad. 

El número siete se encuentra vinculado a las frecuencias vibratorias, emociones y eventos más importantes del hombre; a los siete pecados y a sus siete virtudes; a los siete matices de la luz que dan su origen a los colores; los siete días de la semana nombrados según los siete planetas conocidos en la antigüedad; las siete notas musicales y las siete aspiraciones que forman el soplo único del espíritu. 

La mano tiene siete montículos atribuidos a los siete planetas: la del pulgar a Venus, la del índice a Júpiter, la del dedo medio a Saturno, la del anular, al Sol, la del meñique a Mercurio y las otras dos a Marte y a la Luna.  

También son siete los puntos energéticos llamados chacras que se encuentran en el cuerpo sutil y nutren nuestro sistema endocrino; mismos que están situados a la altura de la columna vertebral y se les representa en forma de mándalas con los siete colores del arcoíris. 

Cuando el número siete se manifiesta en una lectura, habla de una estructura completa sobre la que hay que decidir; la invitación como persona es a usar toda tu energía consciente del propósito de tu voluntad. 

El siete cierra el primer ciclo en las veintidós claves del Tarot. Este libro abierto, representa muchos misterios; dado el camino que ha seguido el conocimiento a través de los siglos, sus símbolos fueron conservados por los sumerios y luego por los egipcios.  

Se dice que los jeroglíficos del Tarot se encontraban en los antiguos monumentos de Egipto; en representaciones gráficas, en tablas de metal (cobre) grabadas y que con el transcurrir de los años fueron reproducidas en medallas y amuletos de forma separada, convirtiendo el Tarot en un libro de múltiples combinaciones e infinitas interpretaciones; lo que puede ser un viaje transformador por el misterioso oráculo de verdades atemporales. 

Luna Godel 

14.09.2021  +523311350606 QUIERO UNA LECTURA DE TAROT

Un comentario en “El carro: la expresión del siete

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